martes, 5 de julio de 2011

7 DE JULIO:DIA DE LA CONSERVACION DEL SUELO.


LA IMPORTANCIA DE LA CONSERVACION DE LOS SUELOS


Hoy se recuerda el día de la conservación de los suelos, algo que parecería intrascendente, pero tiene su gran significado, más en estos momentos donde se puede apreciar una dejadez en lo que significa cuidar el planeta.
Hablar de los recursos naturales, entre ellos el suelo, son aquellos elementos de la naturaleza que le son útiles al hombre.

Esta vieja definición provocó en el pasado, y aún hoy, un uso inadecuado de los mismos para su preservación en el tiempo. El suelo es el principal bien natural del que se dispone para cubrir las necesidades elementales, ya que en esta delgada capa de la corteza terrestre se asientan prácticamente todas las riquezas y producción agropecuaria de la cual se obtienen alimentos y otras materias primas que satisfacen los requerimientos básicos de las personas.
El agua y el aire, en proporciones variables, son fundamentales para el desarrollo de la vida en el suelo y deben guardar cierto equilibrio. Las partes sólidas están constituidas por minerales y materia orgánica. Los desechos vegetales y animales que se producen a lo largo del tiempo concentran en el suelo elementos nutrientes, principalmente en las partes superiores del mismo.
La acción de labrar los suelos con la finalidad de cultivarlos, provoca la remoción de la cubierta vegetal y el equilibrio dinámico aludido es perturbado rápidamente, comenzando a producirse cambios, en general, difícilmente perceptibles. Al ser removida la vegetación para cultivarlos, lo cual implica usualmente un movimiento de la capa arable, provoca la mineralización del humus y una serie de cambios en las características físico - químicos del suelo. Esta acción desata una serie de procesos degradatorios o deteriorantes que se intensifican con el correr del tiempo en una magnitud y extensión que dependerá de las técnicas agronómicas que se aplican en su transcurso. Pueden ser atenuadas pero casi nunca evitadas. Un trabajo de la FAO expresa que "los procesos de modificación artificial de los ecosistemas a través de los cuales se expande la explotación económica de los recursos agrícolas, no necesariamente determinan un deterioro de las condiciones ambientales" y que "no existe deterioro si el impacto ambiental de dichas modificaciones se mantiene dentro de límites compatibles con la preservación de la capacidad de regeneración del sistema y con la estabilidad a largo plazo de sus propiedades fundamentales". Para ello deben administrarse los medios conservacionistas adecuados que distribuyan el impacto en el período más prolongado posible y que impidan al máximo la degradación y el consecuente deterioro. Aun los suelos más aptos y resistentes al laboreo agrícola sufren procesos degradatarios al cabo de determinado tiempo. El avance de los desiertos es un tema de candente actualidad y en muchos países se ha encarado su estudio en una tentativa de salvaguardar lo que aún no ha sido destruido por el hombre.
Bien se sabe que son muchas las razones que han provocado la destrucción y el agotamiento de los suelos, pero poco podemos ganar pasando revista a los errores cometidos, a menos que éstos nos ayude a evitar los peligros del futuro. Mientras tanto y aprovechando las lecciones del pasado, debemos entender ahora: Que los suelos productivos no son ni ilimitados ni inagotables; por el contrario, hemos aprendido que la extensión de los suelos productivos se reducen constantemente por efecto de la erosión. Que el suelo debe ser cultivado por manos expertas, si es que se desea conservarlo en estado productivo.
Que la productividad del suelo debe ocupar un lugar cada vez más prominente en el pensamiento de los pueblos y de sus conductores. Como fuente de alimentos para toda la población, tanto rural como urbana, debe ser objeto de la consideración inteligente y permanente que merece una riqueza tan indispensable.
Que dado que la sociedad entera depende absolutamente de la producción del suelo para la existencia presente y futura, la sociedad entera debe participar de las responsabilidades y de los gastos para mantener el suelo en producción.
Tanto desde el punto de vista del individuo, como el de las naciones, el desarrollo y la aplicación de la tecnología de conservación de suelo y del agua es un buen negocio, dando como resultado mayores cosechas a cambio del capital y del trabajo empleado. Además, conservar y mejorar la potencia fundamental y la confianza, tanto del individuo como de la nación. Probablemente, las técnicas de conservación del suelo evitarán por lo menos el cincuenta por ciento de los problemas potenciales del hombre en el futuro.
Aumentando el rendimiento por hectárea con respecto a los alimentos y las fibras, la conservación puede proporcionar la base para mejorar los niveles de vida y reducir simultáneamente el hambre y el descontento entre los pueblos.

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